“Nuevo Trabajo: Frithjof Bergmann y la transformación de trabajar”
(June 2009)
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Una escena de la película Slacker:

Un vagabundo pasa por la terraza de un restaurante, donde hay gente haciendo entrevistas. Le preguntan a él si trabaja o no.

Dice, “Yo vivo mal, pero por lo menos no tengo que trabajar para hacerlo.”

Le preguntan, “¿Que necesitás para buscar un trabajo?”

Responde, “Tendré trabajo...cuando oigo la llamada. Vos sabés, la llamada verdadera. La reconozco cuando la oiga.



“En estos tiempos, muchas personas experiencian el trabajo como una enfermedad...como la gripe. Cuando se está enfermo lo normal es decir: en dos días terminará. En cuanto al trabajo, se dice: ya es el miércoles, puedo sobrevivir hasta el viernes. El punto es: uno espera hasta que el trabajo termina.”

Asi dice el filósofo alemán/estadounidense Frithjof Bergmann.

¿Por qué hablamos de un filósofo lejano acá en Paraná, en Argentina? Porque Bergmann es académico que pone en práctica sus ideas. Ha desarrollado centros de Nuevo Trabajo, como lo llama, ya en los EEUU, Canadá, Alemania, y Sudáfrica. Centros que abren la posibilidad de que tu trabajo puede ser lo que, vos, deseás, que el trabajo te permite realizar lo que más te importa.

Estos centros, y este concepto de Nuevo Trabajo, son un movimiento de cambiar el trabajo y la economía, la vida y la cultura. Es un proyecto de utilizar las grandes avances de tecnología, de transformar el trabajo a algo que nos inspira y nos fortalece, y de descubrir nosotros mísmos. Por eso, hay sentido hablar de Nuevo Trabajo en cualquier lado del mundo.

¿Qué es Nuevo Trabajo y de dónde viene la idea?

En una conferencia de entrepreneurship en Alemania, hace unos meses, Bergmann habló sobre los aspectos muy concrétos y otros todavía teóricos de Nuevo Trabajo.

Primero, Nuevo Trabajo es un comienzo de una nueva economía. Pero no por una revolución política ni nada de arriba. Los cambios vienen de abajo. Los “agentes de cambio” son los micro-empresarios. Gente que utiliza desarrollos de tecnología – como el Internet, como jardines verticales, como nuevas máquinas para fabricar autos o otras cosas en sitios locales. Es decir, usar la tecnología para reducir gastos, para tener poder sobre y expresión por las cosas escenciales de la vida: tu auto, tu casa, tu comida.

También, hay que organizar estos proyectos en un centro. Tal centro es más de un espacio para trabajar, tener una empresa, y ganar plata. Es un lugar para juntar, compartir ideas, celebrar, crear.

Bergmann ha tenido tanto éxito en los 25 años pasados en que ha creado Nuevo Trabajo porque él pregunta: ¿Qué es vos, realmente, deseás? ¿Qué te importa, en serio, en el fondo? El fin de estos centros es ser manera de aprender a responder a esta pregunta – una pregunta que, para muchas personas, nadie se ha hecho o a que nos da miedo de tratar de responder. Bergmann llama a este incertidumbre “La pobreza del deseo”.

El fin es nos permitir tener el tiempo, la energía, y la dirección para dedicarnos a lo que nos importa – sea la creatividad y el arte, el amor y la familia, el conocimiento y la cienca,la competición y los deportes, o lo que sea. Los centros tienen maestros de diferentes profesiones y consejeros para guiar a los que todavía buscan lo que les importa. Importante es que el centro es espacio para probar diferentes prácticas, profesiones, modos de dedicarnos.

Bergmann piensa que esta idea – de descubrir y hacer lo que lo más deseamos – es la libertad, como escribió en un libro de los años setenta que se llama “De ser libre”.

Para ver algo de lo que hace las ideas de Bergmann únicas, podemos compararalas con algo de Che Guevara. Dijo en “Una nueva cultura de trabajo” que “...el trabajo es el lugar cotidiano de lucha.” Y “El trabajo debe ser una necesidad moral nuestra...Tenemos que aprender a sacar del trabajo lo que tiene de interesante o lo que tiene de creador”.

Como Bergmann, Che habló mucho del uso de la tecnología alta y del trabajo como algo vital en la vida cotidiana. Pero una diferencia es que, para Bergmann, el trabajo no sirve una organización más grande como el estado o el socialismo. El trabajo, de la perspectiva de Bergmann, no debe ser una necesidad que viene de fuera, de una regla o una imperativa moral, sino venir de nostros mísmos, de nuestros deseos idiosincrásicos, después de un proceso de pensar en, de probar, de descubrir lo que nos hace sentir vivos. No sacamos del trabajo lo que tiene, pero creamos eso que tiene un trabajo.

La estructura de trabajar en estos centros y en Nuevo Trabajo sería así: 10 horas cada semana de trabajo básico, manual, utilizando la tecnología alta, procurando las necesidades – energía, comida, construcción; otro 10 horas ganando plata, trabajando en servicio para otros, realizando un papel en la organización del centro, por ejemplo. El restante de la semana puede ser el trabajo deseado, el trabajo de lo que te importa.

Es tan simple para Bergmann, que no hay que trabajar 40 horas o más cada semana para vivir. No hay que matarnos para sobrevivir.

Pero, claro, es fácil imaginar, filosofar. ¿Qué se podría hacer acá, por ejemplo en un espacio común como el de Barriletes?

De “La pobreza del deseo”...con talleres y prácticas, charlas con profesionales y maestros, historias y relatos de cómo uno ha creado su vida – se puede mostrar que hay muchas carreras, muchas rutas que podamos seguir. El énfasis es que cuando probamos o aprendemos algo, es más que una diversión por unas horas. Es una práctica en que podemos ver cómo nos sentimos en hacer esta actividad. ¿Me siento vivo? ¿Me interesa? ¿Me parece significativo? ¿Es algo que parece bien seguir, y con esfuerza?

Otro filósofo alemán dijo que, “Él que tiene un ‘¿Por qué?’ puede sobrevivir cualquier ‘¿Cómo?’.”

De la pregunta económica – Bergmann dice que hay que comenzar con apoyo económico de gobiernos o organizaciones. Pero, por Nuevo Trabajo, se puede crear trabajos mucho más efectivamente que las maneras típicas. Un punto importante es buscar tecnologías para producir (para volver a producir) las necesidades, pero con estilo, con elegancia. Es decir, pensar en cómo podemos diseñar las cosas asi que tienen una expresión personal y local, en contra de consumir las cosas de producción masiva, baratas, feas. Que la cultura y el arte puede generar una identidad y un deseo de tener estos productos y no los que vienen de fuera.

Con los avances que se han hecho en las tecnologías, con una escala “micro” de la producción, y con deseos más personales y significados que el consumismo vanidoso, podemos vivir de nueva. Piensa él que estos cambios tienen que comenzar y desarrollar en los paises “del otro 90%” del mundo, de la gente que no tiene la riqueza para ser pasivo y complaciente.

*Para ver más sobre estas ideas, buscá en Youtube “Frithjof Bergmann”


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