"La guerra contra las drogas"
(November 2009)
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Tres momentos recientes, chicos y grandes, en tres países, de la guerra contra las drogas:

Argentina – Agosto: La Corte Suprema de Justicia declara la inconstitucionalidad del penalizar la tenencia de drogas para consumo personal.

México – Septiembre: Un grupo de hombres entra a una clínica para drogadictos en Ciudad Juárez y fusila y mata 19 pacientes [1].

Estados Unidos – Octobre: La madre del escritor de esta nota le cuenta las acciones de la policía (un bloque de ruta) cerca de su ciudad natal, en cuanto a una búsqueda con mucho éxito de heroína. La madre está sorprendida y tiene miedo que haya tantos traficantes tan cerca de su ciudad.



En un artículo [2] de octubre de este año, el crítico Noam Chomsky comentó sobre el plan para facilitar nuevas bases militares estadounidenses en Colombia.

“La justificación que se ofrece para las nuevas bases en Colombia es la ‘guerra contra las drogas’. El hecho de que se ofrece la justificación es increíble,” dijo.

Es increíble porque todo el mundo reconoce que esta “guerra” no ha resuelto nada de los problemas mundiales de drogas.

Y es obvio que el esfuerzo para seguirla está escondiendo otros motivos. Y, ¿cuáles serían esos motivos?

Preguntó Chomsky por qué Colombia o China no podrían crear bases militares en México para instalar programas para destruir el tabaco en los EE.UU., por la fumigación en Carolina del Norte y Kentucky.

Obviamente, dice Chomsky, esa pregunta no es válida en nuestra conversación política. Claro, el tabaco es mucho más letal que la cocaína o la heroína, y muchísimo más que la marihuana, pero, como dice, “La idea de que los extranjeros deben intervenir en la producción y la distribución estadounidense de estos venenos fatales es claramente una imposibilidad.”

Concluye Chomsky: “Sin obstante, la justificación estadounidense para llevar tantas políticas en Sudamérica es aceptada como coherente (...) es otra muestra de la profundidad de la mentalidad imperial, y la verdad de la doctrina del [historiador griego] Tucídides, que los fuertes hacen como desean y los débiles sufren como deben.”



Así, en cuanto a una guerra, debemos preguntarnos, ¿Qué se va a ganar por luchar esta guerra? y ¿Quién es el enemigo?

La guerra contra las drogas es algo que comenzó como una política estadounidense durante los años 70, bajo el mandato del presidente Richard Nixon, convirtiéndose en un esfuerzo internacional [3].

El Dipló de septiembre de este año presentó tres notas acerca de la guerra contra las drogas.

Revela que es obvio que los esfuerzos militares, policiales, y legales no han tenido éxito en controlar el narcotráfico ni el consumo de drogas. De hecho, parece el opuesto.

Una de las notas cita un reportaje de la Comisión Europea – Informe sobre los Mercados Mundiales de Drogas Ilícitas 1998-2007 – “la situación ha mejorado ligeramente en algunos de los países más ricos, (...) en otros ha empeorado y en algunos casos se ha agravado de forma marcada y considerable” [4].

Dice la misma nota: “Es que el evidente fracaso encierra una paradoja: en relación con sus verdaderos fines, esta política va siendo un éxito. Porque no importan tanto los resultados de esta ‘guerra’ como la guerra misma y su perpetuación, el control social, político y territorial, y la posibilidad de alterar políticas alternativas”.

¿Qué se va a ganar?...el control social.

Vamos a la segunda pregunta por el enemigo. ¿Son realmente las drogas? Bueno, entonces, ¿Qué constituye una droga? Una sustancia que mata, que es adictiva, que trae daños a terceros...

Si utilizamos esas condiciones, podemos referir a la pregunta de Chomsky sobre el tabaco estadounidense. El tabaco mata, es adictivo, y trae daños a terceros, pero sin obstante no hay apenas guerra contra tabaco.

De hecho es el reverso: hay una guerra para difundir el tabaco. Por ejemplo, hay una sanción estadounidense (“Super 301”) que se puede utilizar para penalizar un país si no acepta los productos letales americanos, y también la propaganda para esos productos [5]

Así, ¿quién es el enemigo?

Chomsky dijo en una entrevista en 2002 sobre la política doméstica estadounidense: “Si la mayoría de la gente está descontenta y otros no sirven para nada, quieres echar al lado los que no sirven y dar miedo a los descontentos. La guerra contra las drogas hace esto. Las drogas juegan un papel parecido al del comunismo o el terrorismo. La gente huye bajo la paraguas de la autoridad para que la proteja del malo” [6].



Pero hoy en día parece que hay unos esfuerzos para cambiar la mentalidad hacia las drogas.

La declaración de la Corte Suprema Argentina refleja tanto. También, según El Dipló, “desde distintos sectores del arco político [latinoamericano] crecen las demandas para...avanzar hacia un nuevo paradigma basado en políticas de prevención e información respetuosas de los derechos humanos.”

Un artículo del Wall Street Journal [7] reflejó esta misma idea proveniente de...la Casa Blanca.

El nuevo “zar” anti-droga estadounidense, Gil Kerlikowske, dijo que, “No estamos luchando una guerra contra la gente de este país.”

El diario conservador dijo que era una muestra de que la administración Obama va a seguir una ruta más moderada en cuanto a las drogas. Esta ruta, como señaló El Dipló sobre América Latina, quiere ver las drogas más como un problema de la salud pública, en vez de un problema moral, de justicia.

Pero hay que esperar.

Aunque Barack Obama y su gabinete dicen una cosa, las acciones y los tratados de las fuerzas armadas dicen otra muy diferente.

¿Por qué iba a firmar Colombia su acuerdo para las bases con los EE.UU? ¿Por qué permitir más presencia militar estadounidense en Sudamérica? Dice otra nota del El Dipló (como dijo Chomsky), “El objetivo declarado del acuerdo es la profundización de la lucha antinarcóticos y antiterrorista” [8].

La nota también dijo que había dos voces apoyando Colombia en su acuerdo: la de Alan García de Perú, y la de Felipe Calderón de México (un país que ve tanta violencia hoy en día en su lucha contra las drogas como en los días de la Revolución Mexicana [9]).

Dijo Hugo Chavez en agosto que, “soplan vientos de guerra”.

Puede ser o no puede ser.

Lo que hay que ver es que la guerra contra las drogas no existe principalmente para borrar las drogas y la adicción. Simplemente, es modo de control, de justificar la violencia y el miedo.

Y sigue, a pesar de unos cambios en la mentalidad de unos políticos, a pesar de la crisis actual económica, y las crisis medioambientalitas que nos esperan todavía.

Notes

1. Ellingwood, Ken. “18 Killed in Juarez Clinic for Addicts”. The Los Angeles Times, 4 Septiembre 2009.

2. Chomsky, Noam. “Coups, UNASUR, and the U.S.” Z Magazine, Octubre 2009.

3. “War on Drugs”. Wikipedia, 07 Octubre 2009 http://en.wikipedia.org/wiki/War_on_drugs

4. Stancanelli, Pablo. “Democratizar las políticas de drogas”. El Dipló, Septiembre 2009.

5. Chomsky, Noam. “Whose World Order? Conflicting Visions”. 10 November 1998 http://www.hartford-hwp.com/archives/25/122.html

6. Chomsky, Noam. “On the War on Drugs”. DRCNet, 8 Febrero 2002.

7. Fields, Gary. “No More War on Drugs”. The Wall Street Journal, 14 Mayo 2009.

8. Rossi, Adriana. “El corredor de la inseguridad”. El Dipló, Septiembre 2009.

9. Boyer, Jean-Francois. “¿Una guerra perdida?” El Dipló, Septiembre 2009.



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